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Más de una década marcando el rumbo de M&A en España
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En cada paÝs, la crisis ha tenido sus propias seîas de identidad.
En Estados 6nidos tuvo un componente sobre todo financiero ligado
a la comercialización de productos de gran complejidad y riesgo. Las
famosas hipotecas
subprime
y otros instrumentos similares que se
habÝan vendido de una forma muy agresiva. En 2001 (porque la econo
mÝa requiere memoria) la Reserva Federal habÝa rebaKado los tipos de
interÍs hasta llevarlos casi al 0 y habÝa llevado a cabo inyecciones
de enormes cantidades de liquidez tras el ataque del 11 S para evitar
la recesión de su economÝa. TambiÍn la crisis de las divisas de Lati
noamérica, en 2002, se solventó poniendo a funcionar la máquina de
fabricar dinero. Con esta enorme liquidez, la bomba fue poco a poco
haciéndose más grande. De fondo calaba el precepto de que cuanto
m¼s desregulado estuviera el sector financiero, meKor.
Este entorno compleKo fue llegando lentamente a Espaîa y sus
consecuencias han acabado siendo muy duras. Primero por nuestras
propias singularidades: la economía estaba muy escorada hacia el sec
tor de la construcción, que se había desarrollado muy rápido durante
los años del
boom
. Esta particularidad impuso unas caracterÝsticas pro
pias a la crisis financiera que en Europa encuentra similitudes con la de
Irlanda o Portugal. Detr¼s de las turbulencias financieras se ocultaba
una fractura de la economía real sobre la que gravitaba un exceso de
endeudamiento tanto de las familias como de las empresas. Llegó un
momento durante 2011 en el que bancos y cajas de ahorro llegaron a
soportar m¼s de 2 0.000 millones de euros en activos daîados ligados
al sector inmobiliario. Aquella cifra suponÝa casi el 15 del PIB del paÝs.
İEn los tiempos de auge habÝa caKas de
ahorro en Espaîa, hoy solo quedan dosı
Anclados a estos lastres, Espaîa ha tardado m¼s de un lustro en
desembarazarse de la crisis. En cambio, en Estados 6nidos, al estar
ligada a unos productos financieros concretos, han podido ataKarla con
m¼s rapidez. İEn Espaîa, incluso m¼s all¼ del segmento promotor