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KNOWTax&Legal
Nº 57 – Junio 2017
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—— Por su parte, las Administraciones tributarias
identificaron el
comportamiento de los
contribuyentes
como una fuente importante
generadora de inseguridad, en particular ante la
adopción de planificaciones fiscales agresivas, la
ausencia de desarrollo de una estrategia fiscal y
de mecanismos de control de riesgos fiscales, y la
falta de transparencia y cooperación. La educación
y el desarrollo de un entorno colaborativo entre
contribuyentes y Administración se muestra como un
factor clave para avanzar.
—— Finalmente, también los
legisladores
tienen su dosis
de responsabilidad, por la contrastada complejidad
en las normas tributarias, redactadas muchas veces
en forma deficiente y poco clara, y con frecuentes
cambios legislativos que no prevén regímenes
transitorios o efectos anuncio. En este ámbito, se
recomienda a los países el desarrollo de un sólido
marco de diseño y seguimiento de la legislación
fiscal basado en principios, junto con otras medidas
para mejorar su estabilidad, claridad y reducir la
complejidad, con mecanismos inclusivos adecuados
de consulta en el trámite legislativo.
Aterrizando sobre el caso español, si queremos ser una
economía atractiva para atraer inversión extranjera, bajo
los mejores estándares mundiales, no cabe duda que
hay terreno en el que avanzar cuando se pone el foco en
la seguridad jurídico-fiscal.
Y puede progresarse sin duda alguna, en muchos de
los aspectos puestos de manifiesto en el mencionado
Informe, como son mejorar el proceso normativo,
simplificando y estabilizando un sistema tributario
complejo de altísima mutabilidad (invocando reforma
tras reforma razones de extraordinaria y urgente
necesidad) y de múltiples administraciones tributarias
(estatal, autonómicas y locales) no siempre bien
coordinadas, agilizar una justicia normalmente lenta
que debe afrontar una elevada litigiosidad, y conseguir
la total implantación de una comunicación y entorno
de colaboración eficaz entre la Administración tributaria
y las empresas, las cuales también han de seguir
avanzando en la definición de sus políticas fiscales (
tax
management
).
El objetivo no es eliminar las incertidumbres
tributarias, que siempre existirán para las empresas,
sino fomentar un entorno donde éstas puedan
gestionar sus riesgos fiscales con altas dosis de
seguridad jurídica.
Todo un reto, como puede apreciarse, pero sin duda
un objetivo deseable de consenso e impulso a nivel
internacional, quizá tan importante como el esfuerzo
realizado a prevenir y combatir prácticas fiscales
agresivas en la fiscalidad internacional.