KNOW. Novedades Jurídicas y Fiscales nº76 - Marzo 2019

© 2019 KPMG Abogados S.L.P. sociedad española de responsabilidad limitada profesional y firma miembro de la red KPMG de firmas independientes afiliadas a KPMG International Cooperative (“KPMG International”), sociedad suiza. Todos los derechos reservados. 6 KNOW Tax&Legal Enfoque legal El gobierno corporativo y la gestión de las filiales En los últimos años hemos visto crecer las obligaciones formales de las sociedades en número y complejidad. Asociado a esta tendencia se ha ido imponiendo en paralelo un régimen de responsabilidad de administradores más severo y formalista. Las obligaciones de cumplimiento de normativa de prevención de blanqueo y financiación del terrorismo, las relativas a la identificación de la titularidad última, o las cada vez más complejas exigencias formales y administrativas para el ejercicio del cargo de administrador por extranjeros, plantean nuevos retos en el diseño de la estructura óptima del órgano de administración de las filiales españolas de grupos extranjeros que se debaten en dar con el equilibrio perfecto entre la agilidad y la eficiencia, representadas por estructuras de gestión a través de un administrador único o de administradores solidarios, y la seguridad y solidez de las decisiones colegiadas a través de un consejo de administración, que exigen una serie de formalidades que en la práctica, dilatan la toma de decisiones. A través de la práctica de Global Entity Management, los equipos legales de KPMG en el mundo estamos apoyando con éxito a distintos grupos multinacionales en este proceso, proporcionando un servicio de asesoramiento legal de soporte a filiales homogéneo que permite reforzar las prácticas de buen gobierno corporativo y proporcionar apoyo continuado a los equipos locales. Comparto la adaptación del artículo de mi compañero David Gracie, director de la práctica de KPMG de Global Entity Management , con una reflexión muy completa sobre los retos que afrontan los grupos multinacionales en la gestión de sus filiales y en el diseño de sus políticas de gobierno corporativo, en un entorno normativo cada vez más exigente. A medida que las cadenas de producción se integran cada vez más y los grupos de sociedades se extienden por todo el mundo, el concepto del “riesgo del grupo” se aleja cada vez más de la sede central de las empresas. A su vez, las entidades legales se multiplican y las estructuras corporativas se vuelven más complejas. Como resultado de estos procesos, cada vez resulta más difícil establecer y mantener una imagen clara de las entidades jurídicas del grupo, su función empresarial y su perfil de riesgo. Y las cosas no se pondrán más fáciles a medida que los desestabilizadores económicos como la amenaza de las guerras comerciales de los EEUU, el Brexit en la UE y las iniciativas globales de la OCDE comiencen a manifestarse en todo el mundo. También estamos viendo que los reguladores no sólo aprueban nuevas normas, sino que también están adoptando una línea más dura respecto de las existentes, a lo que se suma un número cada vez mayor de actores que exigen mayor transparencia y rendición de cuentas. Esto se ha traducido en un aumento de los riesgos y de los costes asociados al fracaso de la gestión empresarial. En sentido contrario, también se ha reforzado la necesidad de contar con marcos sólidos de buen gobierno a todos los niveles. El fracaso del gobierno corporativo no se limita al coste financiero directo para las entidades afectadas, sino que también implica la bajada de sus cotizaciones bursátiles o la rebaja de la calificación de la deuda corporativa del grupo. Asimismo, se extiende al daño reputacional que puede tardar años en recuperarse, y se expone a la sociedad matriz a demandas por responsabilidad. Incluye, además, el riesgo de responsabilidad personal, incluyendo las sanciones penales para los directivos de las empresas afectadas. Carmen Mozún Directora Legal Mercantil KPMG Abogados, S.L.P.

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