Los que dejan huella III

entre la primera y la segunda generación. Sin él, habría cuestiones que se habrían quedado por el camino. Ángel González ha hecho la aplicación práctica de todas las decisiones de mi padre. En 2016, me nombró presidente ejecutivo de Acotral. Él se mantiene como presidente del consejo de administración. Se retira, pero sigue estando ahí. Ya no trabaja, pero hablamos. Él no está en el día a día de la empresa, pero pasa a saludar y, si quieres contar algo, se mete. Si no le cuentas nada, no se mete. De todos los días que padre e hijo han trabajado juntos, Borja man- tiene un recuerdo especial de uno en concreto: el primero. El primer día que llegué a la empresa, me llevé la sorpresa de que había un puesto de trabajo para mí. Pensaba que tendría que ir a comprarme la mesa, el ordenador y la silla y ¡qué va!, aquello lo tenía mi padre desde hace tiempo preparado, me había hecho un hueco en su despacho, incluso lo ha- bía ampliado un poquito. En mi correo electrónico me encontré un mail suyo con un archivo: “Pensamientos.doc”. Era un Word y tenía dos partes. En una, me explicaba qué era la empresa, qué era un camión y cómo se gestio- naba, me hablaba de los neumáticos, de la ITV, de todo un poco. En el otro, me decía qué significaba ser empresario. Me hablaba de la soledad del empresario, que es algo a lo que él hace alusión a menudo. Dice que por muy buen equipo que tengas, al final las deci - siones las tienes que tomar tú. Y me hablaba de humildad, de cómo hay que comportarse. Básicamente, me decía: en tu vida privada haz lo que quieras, pero en tu vida pública sé discreto, no llames la atención, no quieras aparen- tar, solo debes estar dónde aportas. Me aconseja cómo tratar a las personas, cómo crear equipo, cómo desarrollarlo. Mi padre es muy práctico, es una persona directa, que no guarda nada, que dice lo que piensa en cinco minutos. Su vida empresarial ha sido así, no pierde el tiempo. En su trabajo, es muy serio, muy recto, muy profesional. Leo ese documento de vez en cuando. Es como ver una película por segunda vez, te fijas en detalles que no viste en la primera, porque ahora ya sabes lo que va a pasar. Entonces era muy joven, estaba muy verde, vienes de la universidad con grandes ideas y aquel documento me pareció más sim- ple de lo que hoy me parece. Eran quince o veinte folios. Hoy, lo veo como un manual de la vida de un empresario. 541 Los que de j an hue l l a I I I

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